El Senado de la República aprobó por 87 votos de Morena, PRI, PRD, PT, PVEM y PES, y 40 del PAN, MC y senadores sin partido en contra, el decreto que reforma la Constitución para que el presidente de la República pueda disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública hasta el 2028, en tanto la Guardia Nacional (GN) desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial.
El coordinador de los senadores del PAN, Julen Rementería, lamentó que algunos legisladores de oposición hayan “sucumbido a las presiones” y votado a favor de la reforma, y expresó su respeto para quienes aguantaron “las presiones valientemente”.
Beatriz Paredes aclaró al fijar la posición del PRI: “Aquí no nos han subyugado, no nos han subordinado. Aquí ejercemos nuestra función como senadores de la República”.
El dictamen fue regresado a la Cámara de Diputados, luego de un acalorado debate, ya que aunque el nuevo dictamen incluyó las modificaciones propuestas por la oposición, entre ellas establecer mecanismos parlamentarios de control a la actuación del Ejército y la Marina, y la creación de un fondo permanente de apoyo a estados y municipios, para que profesionalicen a sus corporaciones policíacas, PAN, MC y Grupo Plural lo rechazaron y echaron en cara a los priístas su aval a esa reforma que, insistieron, avanza a la militarización del país.
Durante casi ocho horas, blanquiazules y emecistas, insistieron en ese punto, advirtieron del peligro de que se repitan hechos como la masacre del 68 o la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y sostuvieron que nada garantiza que se cumplan las nuevas disposiciones incluídas en el Artículo quinto transitorio, entre ellas que los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina, de Seguridad Pública y de Gobernación, deban rendir informes semestrales ante la Comisión Bicameral del Congreso, la que podrá citarlos a comparecer.