La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha revelado los resultados preocupantes de su análisis sobre el agua en la alcaldía Benito Juárez, Ciudad de México. Tras denuncias de residentes sobre un inquietante olor a gasolina en el suministro de agua, la UNAM emprendió un examen exhaustivo.Un ciudadano solicitó a la UNAM el análisis de tres muestras de agua provenientes de Benito Juárez.
El laboratorio del Departamento de Nutrición Animal y Bioquímica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM realizó análisis físico-químicos, revelando que los valores de pH, sólidos, nitratos, nitritos, dureza, sulfatos y cloruros estaban dentro de los parámetros normales. Sin embargo, se omitió la detección de hidrocarburos, dejando preguntas sin respuesta ante el persistente olor a gasolina reportado por los ciudadanos.
El malestar entre los residentes se manifestó hace algunas semanas en redes sociales, con quejas de agua con olor a gasolina y efectos adversos como irritación cutánea y ocular. A pesar de las inspecciones minuciosas del Sistema de Aguas de la CDMX (SACMEX), no se encontraron evidencias de hidrocarburos en el suministro.
La incertidumbre persiste sobre el origen de la contaminación del agua en Benito Juárez, con los residentes exigiendo una revisión exhaustiva del Sistema Cutzamala y los pozos locales. En respuesta a la situación, el Gobierno de la Ciudad de México anunció el cierre del pozo de agua del Jardín Alfonso XIII en Álvaro Obregón, con el objetivo de “limpiar” el suministro afectado en un lapso de dos semanas, según declaraciones del jefe de Gobierno, Martí Batres.
Aunque las autoridades han descartado la presencia de gasolina en el pozo afectado en Álvaro Obregón, se ha señalado la presencia de aceites y lubricantes. Sin embargo, el origen exacto de la contaminación sigue siendo un misterio para las autoridades locales.
Redacción / El Telégrafo







