Una falla global atribuida a una actualización defectuosa de la plataforma de seguridad informática CrowdStrike ha generado un caos sin precedentes, afectando desde vuelos internacionales hasta sistemas bancarios, hospitales, empresas de telecomunicaciones y otras entidades cruciales en diferentes partes del mundo.
El problema, que comenzó a manifestarse en la noche del jueves, no fue resultado de un ciberataque como inicialmente se especuló, sino de un error en el código de la actualización de CrowdStrike que entró en conflicto con los sistemas operativos de Microsoft, según confirmaron fuentes oficiales de la empresa en redes sociales.
“El problema fue identificado, aislado y se ha aplicado una corrección”, aseguró X, desechando las teorías de un ataque malicioso.
Para Junade Ali, experto en ciberseguridad, esta falla “no tiene precedentes” y representará un hito en la historia de la tecnología, dada su capacidad para afectar directamente a los usuarios finales y requerir soluciones manuales complejas.
La resolución del error ha sido desigual entre los usuarios afectados. Mientras algunos sistemas lograron recuperarse automáticamente tras descargar una nueva actualización de software, otros requirieron intervención manual por parte de los equipos de tecnología de la información de las empresas afectadas, según reportó NBC News.
Los impactos fueron especialmente visibles en el sector aéreo, con aeropuertos y aerolíneas alrededor del mundo enfrentando demoras y cancelaciones masivas. En aeropuertos como el de Madrid-Barajas, los pasajeros expresaron frustración y preocupación por la incertidumbre en torno a sus vuelos.
En cuanto a las aerolíneas estadounidenses, como Delta, United y American Airlines, se reportó una reanudación gradual de sus operaciones después de una suspensión inicial debido a problemas de comunicación derivados del fallo informático.
Además del sector aéreo, hospitales en los Países Bajos, la Bolsa de Londres y el principal operador ferroviario británico también se vieron afectados, destacando la amplitud de los sectores comprometidos por esta incidencia.
Redacción / El Telégrafo