Una impresionante exhibición de luz y velocidad dejó maravillados a los observadores nocturnos de la Península Ibérica el pasado fin de semana, cuando una bola de fuego cruzó el cielo nocturno, tiñendo la noche de un azul resplandeciente.
El fenómeno, que tuvo lugar la noche del sábado al domingo a las 22:46, fue causado por un objeto de origen cometario que penetró en nuestra atmósfera a una velocidad asombrosa de 45 kilómetros por segundo.
Este superbólido comenzó su fase luminosa a unos 100 kilómetros sobre Cáceres y continuó su trayectoria hasta aproximadamente 45 kilómetros al noroeste de Oporto. Su rápida y brillante presencia superó la luminosidad de la luna, iluminando la noche con un fogonazo que duró varios segundos y fue visible desde numerosos puntos de la península ibérica, desde Andalucía hasta Galicia, e incluso en Portugal.
preciosas imágenes del #Meteorito esta desde la carretera.. pic.twitter.com/0cpkFNaeBE
— 𝐫𝒶𝓕𝔸𝐭𝔯𝕖𝔧Ø (@rafatrej0) May 19, 2024
Es importante destacar que la distinción entre meteoritos, meteoros y meteoroides es crucial para comprender este tipo de eventos celestiales. Los meteoritos son fragmentos de roca que llegan a la superficie terrestre, mientras que los meteoros son fenómenos luminosos generados por la entrada de meteoroides en la atmósfera, los cuales se desintegran antes de tocar tierra. Los meteoroides, por otro lado, son partículas de polvo, hielo y roca que flotan en el espacio.
El evento fue capturado por múltiples cámaras y observadores en toda la región, inundando las redes sociales de vídeos y comentarios sobre este espectáculo celeste, convirtiéndolo en uno de los temas más comentados del momento.
Aunque algunas especulaciones sobre la naturaleza del fenómeno surgieron inicialmente, los expertos en astronomía brindaron una explicación científica clara y tranquilizadora.
Según Josep María Trigo, astrónomo del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC, el objeto en cuestión fue un superbólido meteórico, una roca de aproximadamente 20 a 30 centímetros que ingresó a la atmósfera en una trayectoria rasante, lo que explicaría su espectacular visibilidad a grandes distancias.
A pesar de las preocupaciones iniciales sobre un posible impacto en la Tierra, el análisis del profesor José María del Proyecto SMART confirmó que el objeto se desintegró por completo en la atmósfera, sin causar daños.
Este emocionante evento celeste nos recuerda la asombrosa y dinámica naturaleza del universo que nos rodea, brindándonos un espectáculo inolvidable y la oportunidad de reflexionar sobre los misterios y maravillas que existen más allá de nuestro planeta.