Elecciones generales en España: PP versus PSOE, ¿quién da más?

El Agramontino

La sociedad española está en vilo ante la pugna política por el gobierno, luego de que el pasado domingo 23 julio (23J, un modismo de pereza lingüística), votara para elegir a los miembros del Congreso, los Diputados y el Senado, en un proceso democrático que dejó más incertidumbres que certezas.

En una dura porfía, el PP (Partido Popular) liderado por Alberto Núñez Feijoó, obtuvo 136 puestos para diputados, 47 más que los obtenidos en las elecciones del 2019; el centroizquierdista PSOE (Partido Socialista Obrero Español) del jefe de gobierno Pedro Sánchez, se quedó con 122, dos por encima de los alcanzados hace 4 años; mientras que la formación de extrema derecha, VOX, encabezada por Santiago Abascal, ganó 33.

La victoria agridulce del PP solo le dejó el encanto de ser actualmente la organización política número uno entre el electorado español, porque las posibilidades de que Núñez Feijoó forme gobierno están en un limbo, ya que depende de su capacidad de negociación con otros partidos pequeños que apenas le pueden aportar uno o dos escaños más.

El 29 de julio se dará a conocer el cómputo total de las elecciones, en tanto que el 17 de agosto serán constituidas las Cortes Generales, las cuales gestionarán los apoyos inevitables. Como es probable que ninguno de los candidatos consiga la investidura como presidente del gobierno, entonces se repetirá la historia de lo ocurrido en 2016 y 2019: el Rey disolverá las Cortes y convocará a nuevas elecciones.

Y Pedro Sánchez, ¿qué?

Algunos analistas del tablero político español opinan que Pedro Sánchez tiene posibilidades de formar una coalición de gobierno, que evitaría la intervención del monarca; es decir, aunque el PP le ha pedido al PSOE que se abstante de votar en el parlamento y le allane el camino para formar gobierno, a Sánchez le queda una posibilidad de mantenerse en el cargo si consigue el apoyo, no solo de sus afines de Sumar, sino también de las organizaciones nacionalistas e independentistas de Cataluña y el País Vasco −PNV, EH Bildu y Esquerra Republicana−, las cuales le dieron su apoyo en la contienda del 2019.

El inconveniente para Pedro Sánchez y el PSOE lo constituye el partido JuntsxCatalunya, que en campaña exigió un referéndum para la independencia de esa comunidad autónoma, un tema sensible en la atmósfera política española. Como si fuera poco, Sánchez necesita que 7 diputados de Cataluña se abstengan en la segunda ronda de votación, para formar un nuevo gobierno.

Con los resultados desfavorables en las elecciones municipales y regionales de mayo último, el líder del PSOE sorprendió a sus oponentes políticos con el adelanto de las elecciones generales, previstas inicialmente para fines del 2023.

El difícil arte de negociar

Es probable que Alberto Núñez Feijoó y Pedro Sánchez estén al corriente de lo que decía el político francés Guy Mollet: «La coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que salgan callos». Tanto uno como el otro tendrán que hablar fino en sus diálogos con posibles aliados, ya que algunos no los miran con buenos ojos y les guardan resquemores.

Lo cierto es que, si ninguno de los candidatos −Núñez Feijoó y Pedro Sánchez− no logran los apoyos indispensables para formar el gobierno, lo más posible es que se produzca un bloqueo, que resulte en una convocatoria a nuevas elecciones, algo que para Pedro Sánchez no es nuevo, dado que acumula experiencia por partida doble.

Vivir para ver.

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