Madre permitía a su hija dormir con su padrastro, él la asesinó

La historia de la pequeña Madeline Soto ha tomado un giro espeluznante con nuevas revelaciones que arrojan luz sobre el trágico destino de la niña de 13 años. Jenn Soto, la madre de Madeline, ha confesado a las autoridades que permitía que su hija durmiera en la misma cama con su pareja, Stephan Sterns, quien ahora enfrenta graves cargos por abuso sexual y el asesinato de la menor.

Según los informes, Jenn Soto consideraba normal esta situación, incluso permitiendo que en ocasiones Madeline y Sterns durmieran solos. La madre justificó su decisión argumentando que la niña necesitaba “contacto humano para dormir”. Estas impactantes revelaciones plantean serias dudas sobre el juicio y la responsabilidad de la madre en la protección de su propia hija.

Las investigaciones han sacado a la luz detalles perturbadores sobre el comportamiento de Sterns. Se ha descubierto que desde su teléfono celular se accedió a su cuenta de Google Drive, donde se encontraron más de mil 700 imágenes de naturaleza sexual. Además, Sterns había admitido previamente haber abusado de Madeline desde que tenía apenas 11 años.

Stephan Sterns ahora enfrenta un total de 60 cargos, que incluyen agresión sexual contra un menor de 12 años, agresión sexual a un menor entre 12 y 18 años bajo su custodia, y posesión ilegal de material que muestra actos sexuales de menores de 10 años o más.

El trágico desenlace de esta historia se reveló cuando el cuerpo de Madeline fue encontrado sin vida en una zona boscosa en Hickory Tree Road, en el condado de Osceola. Previo a su hallazgo, la policía descubrió mensajes en su teléfono que indicaban su deseo de vivir en el bosque, aunque más tarde se confirmó que ella no los envió.

El novio de Jenn Soto, Stephan Sterns, fue arrestado por las autoridades el miércoles 28 de febrero, después de que se encontrara material perturbador en su teléfono. Con el tiempo, se confirmó que Sterns fue el responsable de la muerte de Madeline y de los años de abuso que sufrió la menor.

 

Redacción / El Telégrafo