En un suceso ocurrido en la planta de baterías de litio de Aricell, ubicada en Hwaseong, Corea del Sur, un incendio catastrófico cobró la vida de 22 personas el lunes, convirtiendolo así en uno de los peores desastres industriales que ha enfrentado el país en los últimos años.
Según informes de los bomberos locales, más de 100 trabajadores se encontraban en la fábrica cuando estalló el fuego en el segundo piso, donde se realizaba la inspección y embalaje de baterías de iones de litio. El bombero Kim Jin-young relató que los trabajadores escucharon varias explosiones repentinas antes de que el incendio se desatara, propagándose rápidamente y cobrando la vida de 22 personas, incluidos 20 ciudadanos extranjeros: 18 chinos, uno de Laos y otro de nacionalidad aún por confirmar.
“La mayoría de los cuerpos han sufrido graves quemaduras, lo que dificulta la identificación inmediata”, expresó el bombero, quien también lamentó la desaparición de una persona en medio de la tragedia y que aún sigue desaparecida.
Las primeras investigaciones sugieren que el fuego se propagó con rapidez, desencadenando vapores tóxicos que complicaron aún más las labores de rescate y evacuación en el complejo industrial.
Cho Sun-ho, jefe del departamento de bomberos de Gyeonggi, subrayó la complejidad del operativo debido a la intensidad del incendio y la naturaleza del material involucrado.
Según relatos, el fuego se desató repentinamente en el segundo piso de la fábrica, donde se almacenaban aproximadamente 35,000 celdas de batería.
“Humo blanco comenzó a salir de una parte de la batería y sólo tomó unos 15 segundos cubrir todo el espacio debido al encendido repentino”, explicó un funcionario del departamento de bomberos. También explicó que debido a la naturaleza del incendio de litio, los esfuerzos iniciales para extinguir el fuego con agua resultaron insuficientes, razón por la que acdecidieron utilizar arena seca en su lugar.
화성 리튬전지공장 화재 pic.twitter.com/3UZkPm0ilG
— 용서 (@sangwan_yoseph) June 24, 2024
Redacción / El Telégrafo