Luego de 45 días como primera ministra de Gran Bretaña la política del partido conservador británico desistió de sus labores, su renuncia se vio motivada por reiteradas presiones por parte de su mismo partido y la renuncia de dos de sus más cercanos colaboradores. La ex primera ministra expresó que continuará en el puesto hasta el momento en el que se elija su nuevo reemplazo.
En una breve rueda de prensa frente al número 10 de Downing Street, sede del gobierno británico, dio a conocer que el Rey Carlos III ya estaba enterado de su renuncia al igual que la jefatura del Partido Conservador.
“Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el que fui elegida por el partido conservador” declaró la ex primera ministra, después de esto sus índices de aprobación y los del partido se desplomaron. La brevedad de su mandato se ha caracterizado por la caída del mercado y la incertidumbre de su futuro a largo plazo, esto después de la agitación que causó un presupuesto repleto de recortes fiscales sin sustento financiero en la economía británica.
Según las normas actuales del Partido Conservador, quien desee presentarse como líder debe someterse a la votación de los 357 miembros del partido que ocupan bancas en el parlamento. Luego los dos candidatos más votados continuarán con una segunda ronda, en la que se extiende la votación a todos los miembros del partido.
