Descubrimiento del Cometa 3I/ATLAS: Una Exploración del Espacio Interestelar

Descubrimiento del Cometa 3I/ATLAS: Una Exploración del Espacio Interestelar

En un notable avance para la astronomía, el cometa 3I/ATLAS ha sido oficialmente detectado en julio de 2025, marcando un hito como el tercer objeto interestelar conocido que ha cruzado nuestro sistema solar. Este cometa, que se estima tiene un diámetro entre 10 y 24 kilómetros, se distingue por ser el más grande entre los tres objetos interestelares registrados hasta la fecha, lo que plantea preguntas fascinantes sobre su antigüedad y su formación en un tiempo que, posiblemente, se remonta a miles de millones de años en torno a otra estrella.

Trayectoria y Origen

3I/ATLAS se desplaza a lo largo de una trayectoria hiperbólica, indicando su origen en el espacio interestelar. Esto implica que no pertenece a nuestro sistema solar, proporcionando así una visión única del entorno más allá de las fronteras de nuestro vecindario cósmico. Su aproximación al sistema solar proviene de la constelación de Sagitario, una región cercana al centro de nuestra galaxia. A medida que se acerca a nuestro Sol y a la órbita de Marte, se aclara que no representa ningún peligro para la Tierra.

El Máximo Acercamiento

Se prevé que 3I/ATLAS alcance su máxima proximidad al Sol a finales de octubre de 2025. Durante este tiempo, se espera un incremento notable en su actividad cometaria, donde comenzará a mostrar una coma y cola visibles. Estos fenómenos astronómicos podrán ser observados a través de telescopios terrestres hasta aproximadamente diciembre de 2025, permitiendo a los astrónomos y entusiastas del cielo disfrutar de una magnífica exhibición cósmica antes de que el cometa se aleje, reduciendo considerablemente su visibilidad.

Detección y Futuras Perspectivas

La detección de 3I/ATLAS fue facilitada por el sistema ATLAS de telescopios de alerta temprana, que se complementó con observaciones del Observatorio Zwicky en California. Este descubrimiento resalta el potencial de los nuevos telescopios, como el Vera Rubin en Chile, para incrementar el hallazgo de objetos interestelares en los años venideros, expandiendo nuestro conocimiento sobre el cosmos y los misterios que alberga.

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