El partido entre River Plate y Boca Juniors siempre es un encuentro muy esperado por los fanáticos del fútbol argentino, y esta vez no fue la excepción.
A pesar de que el partido tuvo pocas emociones y parecía que iba a terminar en empate sin goles, la falta pitada por el árbitro Darío Herrera generó una gran controversia.
La decisión del árbitro de sancionar la falta dentro del área de Agustín Sandez a Pablo Solari fue discutible, pero la oportunidad estaba dada para que Miguel Borja, recién ingresado al campo de juego, tomara el balón y ejecutara el penal con maestría, asegurando así la victoria de River Plate.
Sin embargo, el resultado final no fue lo más destacado del partido. Después del gol, se desató una gresca generalizada entre ambos equipos que terminó con cuatro jugadores expulsados, uno en River Plate y tres en Boca Juniors. Este episodio dejó en evidencia la tensión y rivalidad que existe entre los dos equipos más importantes del fútbol argentino.
